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Felicidades, has reproducido muy bien el interior de un coche dispensario de emergéncia. Doy fé porque mi oficio és ATS (DUI que dicen ahora) y en mi servicio militar (1974-1975) montamos unas unidades en vagones tipo verderon muy parecidoas a lo que tu has plasmado.
Este tema me sensibiliza mucho porque estoy recogiendo información para reproducir un tren hospital de la pasada guerra española, en concreto el que hacía la línea de Móra d'Ebre a Reus. Aquí os reproduzco el artículo que me impulsó a reproducirlo. Aunque parezca largo a mí me apasiona el leerlo y aunque hay algunas inconguencias és muy ferroviario. Espero que os guste.
Saludos Lluís
P.S. Os aconsejo hacer un copiar-pegar para leerlo más comodamente en Word o parecido.
T.H.5 - Tren Hospital Nº 5 (Joan Fuste Panisello)
Estas siglas corresponden al TREN HOSPITAL Nº 5, en el que inicie mi vida en la RED ESPAÑOLA DE FERROCARRILES, comúnmente conocida como R.E.N.F.E.Ante todo haré mi presentación: "Soy madera procedente de un pino nacido en los denominados Puertos de Tortosa - Beseit. "Crecí de una simiente que el viento hizo llegar a las inmediaciones de un paraje paradisíaco cercano a la denominada FONT del RETAULE (Fuente del Retablo), muy cercano al bosque de hayas más meridional de este País y en donde existe un gigante de mi familia, denominado el PINO GRANDE DE VALLCANERA.Cuando cumplí mis treinta y cinco años de vida, fui abatido por la afilada hacha, manejada por un experimentado leñador. Una vez limpiado de todo ramaje, quede tendido en el suelo, con mi piel expuesta al sol y al aire, de aquellos parajes que me habían visto nacer. Más tarde, fui arrastrado con la ayuda de una caballería, hasta un lugar en donde estaban ya depositados, en la misma forma que ya, cantidad de hermanos, abatidos también por el hacha del leñador. Un día, llegó al lugar un vehículo de transporte y nos cargaron en él, llevándonos lejos de nuestros parajes de nacimiento, hasta un lugar en Tortosa, denominado "Los Fustos", en donde estaban apilados un gran numero de hermanos.Un día, cuando consideraron que estaba ya suficientemente seco, fui arrastrado a un edificio que denominaban serrería, en donde mi cuerpo fue cortado en largos tablones.Desde la serrería, fuimos trasladados hasta la cercana Estación de Ferrocarril, en donde se nos cargó en un vagón plataforma. Viendo alejarse; hasta perderse de vista, las montañas que me habían visto nacer, lloré y pensé que tal vez debla pensar en mi futuro.Llegamos, a una Factoría de Renfe; en un paraje denominado Vilanueva y La Geltrú. Allí, me cepillaron, me escuadraron y me fueron cortando de nuevo, en trozos de unos 0,60 mts., que poco a poco fueron ensamblando con otras.En unas pocas semanas, fue naciendo, como fruto de la unión de mis partes, con las de otros hermanos, un lateral de vagón de ferrocarril, del denominado jardinera, por tener a cada lado del mismo, un balconcillo con una puerta central de entrada al vagón y dos puertas metálicas de subida a cada lado. Mis vecinos de ensambladura, decían que en lugar de ser un coche de segunda clase, seríamos convertidos en un coche de transporte de heridos o también denominado coche de camillas. Eran los días en que empezó la cruel guerra fratricida en España, era el 19 de Agosto de 1.936.Ciertamente, en el interior del vagón, no colocaron asientos, sino unos soportes de hierro, en los que apoyaron por cada parte, dos filas de tres camillas a lo largo del vagón y una altura de dos unidades, dejando un pasillo central, con un total de doce camillas.Tuve la suerte de que al ensamblarme, me situaron en la parte interior del vagón y en un lugar en donde a lo largo de los próximos años, pude ser testigo de excepción de las vivencias, alegrías y calamidades, que sufrieron aquellos que por una u otra circunstancia, viajaron conmigo.Tras ser finalmente lavado y barnizado, pintaron en el techo, dos grandes Cruces de Malta y en los laterales colocaron unas planchas metálicas, en las que también figuraba la Cruz de Malta. Finalmente, definieron mi nombre, con unos letreros en los que podía verse el que sería mi nombre: "TREN HOSPITAL Nº 5".Una mañana, tras acoplarnos a una plataforma metálica, salimos por primera vez del taller, arrastrados por una espléndida y poderosa máquina de vapor, conocida como SANTA FE, que me dijeron había sido fabricada por MTN, alla por el año 1.930, de gran potencia, articulada, con cinco ejes y que le permitía alcanzar grandes velocidades.Desde Villanueva y La Geltrú, salió por primera vez el T.H.5, conformado por las unidades siguientes: · La Santa Fe y su tender con carbón. · Un furgón para Intendencia. · Tres vagones de los de 1ª Clase, para el traslado de heridos que pudiesen viajar sin precisar de camilla. · Dos vagones con camillas. · Un coche quirófano, subdividido en tres departamentos. En el primero, la mesa de operaciones y vitrinas con material quirúrgico propio de curas rápidas. En el segundo, un saloncito para descanso. Y en el tercero, subdividido en dos dependencias, en una una litera para, el sanitario y en la otra, el material de farmacia y cura. A nuestra llegada a Barcelona, se nos situó en la Plaza de Cataluña, quedando estacionados hasta la llegada del personal que debía de hacerse cargo de nosotros. A cabo de tres o cuatro días, nos acoplaron dos nuevos vagones de Wagons Lits, uno con cocina y comedor y otro con literas para el personal que nos había sido asignado. Ambos vagones, llegaron con personal propio de la Compañia WL.Unos días más de espera y llegó el personal designado por Sanidad Militar para el servicio en el tren. Estaba formado por un Capitán Médico, un Intendente y cuatro Sanitarios, que con el personal de W.L. y un empleado de RENFE, Encargado de Recorrido, que con su inseparable martillo y buen oído, cuidaba del material y comprobaba que las ruedas no estuviesen recalentadas, formarían desde aquel día, un conjunto con nosotros.Nos dieron salida hacia nuestra base situada en Paredes, en la línea, no terminada, de Tarancón a Utiel. Mis compañeros que estaban en la parte exterior del vagón, narraban el paisaje que íbamos atravesando y asi, indicaron la cercanía del mar al paso por Tarragona, del río Ebro al paso por la milenaria ciudad de Tortosa, cerca de la cual, desemboca en el mar tras atravesar el país, desde Fontibre y alejándome una vez más de las montañas que me vieron nacer, bordeando la costa, alcanzamos Castellón de la Plana, para llegar más tarde a Valencia. Desde allí, nos adentramos por la vía directa a Madrid, pasando por Albacete, célebre por sus navajas; Alcazar de San Juan y Tarancón, donde fuimos desviados hacia la inacabada línea de Tarancon a Utiel, parando finalmente en la población de Paredes, donde quedamos estacionados en una línea muerta.El personal, tras efectuar limpieza y preparación de todo el material, salió de paseo para conocer la población y sus habitantes, ya que según se decía, este iba a ser nuestro nuevo domicilio.Al tercer día, llegó la orden de partida hacia el cruce de Tarancon y desde allí, fuimos desviados en dirección Madrid. Poco antes de llegar, al cruzar el Tajo y desde la parte derecha del mismo, que está en poder de la Zona Nacional, nos cañonean pero hay suerte o bien tienen mala puntería y no nos dan. Con el tren cargado de heridos al regresar, será conveniente pasar de noche, con las luces apagadas y tapiadas la puerta de la caldera de la máquina de vapor, no sea que nos acierte el cañoncito, que han venido a bautizar como "El Chivato".Llegados a la Estación de Madrid-Atocha, nos esperan las ambulancias con aproximadamente unos trescientos heridos, cargamos primero los más graves o de camillas y después los que pueden ir sentados. Esperamos la orden de vía libre y emprendemos la marcha, salvando "El Chivato", con suerte, y dirección Valencia en donde dejamos nuestra primera expedición de heridos. Durante el viaje, he escuchado el comentario de los dos sanitarios de mi coche, hermanos procedentes de Barcelona, refiriéndose a lo ocurrido en Madrid al iniciarse la guerra e indicando que tras el alzamiento en Melilla, la noche del 16 al 17 de Julio del Coronel Joan Segui, Jefe Local a su vez de Falange, a las cinco de la madrugada del dia 17 de Julio, lanzó a las tropas a su mando a la calle, declarando la Ley Marcial.En Madrid, Casares Quiroga, se pone al habla con el General Gomez Morato, quien le informo de la efectividad del Alzamiento o sublevación en Marruecos y que la noticia se había propagado por toda España, con diferentes realidades. En Madrid, el caos fue completo y en aquella noche, se nombraron o se sucedieron, tres Gobiernos distintos. El día 19, llegó la noticia de que en Barcelona había lucha en las calles y que el resto del país, deshojaba una margarita sin saber a que atenerse.En la capital, el General Fanjul se retiró al cuartel de la montaña con dos mil soldados y aproximadamente unos quinientos monárquicos y falangistas, haciendo frente a los componentes sindicales de UGT y CNT, que atacaron con unos cinco mil fusiles que les habia facilitado el Gobierno. Aquella noche, La Pasionaria había hablado por radio alentado a los grupos atacantes. La noche del 19 al 20 de Julio, empezó el saqueo e incendio de iglesias. A media tarde, se rendía el General Fanjul, tras una encarnizada lucha en que habían perecido la mayoría de los defensores del Cuartel. Las guarniciones fueron cayendo una tras otra y en camiones, salieron grupos hacia Toledo y Guadalajara, en donde habían triunfado las tropas sublevadas.En Toledo tras diferentes escaramuzas y crueles combates, el General Moscardó, se refugió en el Alcazar con unos 1.300 hombres, 550 mujeres y 50 niños. Empezó el asedio y hasta el 28 de Septiembre, las tropas nacionales al mando del General Varela, no liberaron el Alcázar. Mientras continuaba el asedio en el frente de Madrid, cuyos heridos estamos llevando a Hospitales de retaguardia.Así comentaba un hermano al otro, mientras hacíamos la ruta a Valencia. El hermano mayor tenia una pequeña pistola y un día, en que ambos hermanos habían pedido permiso para trasladarse a Ciudad Real, se le disparó jugando con ella y allí quedó enterrado el hermano mayor.Supimos por radio macuto, que el 6 de Noviembre, el Gobierno se había trasladado a Valencia y precisamente el 12 de éste mes, empezaron a llegar a España, los integrantes de las Brigadas Internacionales, que fueron concentrados en Albacete. Todo el mes de Diciembre, estuvimos arriba y abajo, descongestionando hospitales de primera línea.En Semana Santa, estuvimos estacionados en vía muerta. de Albacete. Un amanecer, un grupo de aviones Junker, bombardeo la ciudad. Según oí contar a los sanitarios del coche, los Katiuskas habían volado sobre Sevilla y les siguieron observando su aterrizaje en el aeropuerto de los Llanos, por lo que posteriormente procedieron al bombardeo. Contaban mis sanitarios que desde el Hospital de Albacete, se habla solicitado sangre para transfusiones y ellos asumieron el riesgo de llevar las bolsas, desde la Estación al Hospital, cumpliendo con su deber sanitario, pese a que en el camino, tuvieron que rodar más de una vez entre cascotes y cristales.Otra anécdota que escuche, fue de que a finales de 1.936, estando aparcado el tren en Alcazar de San Juan, bajo de un expreso un soldado que preguntó a mis sanitarios por el Jefe del Tren, para presentarse en su nuevo destino. Con sorpresa, el muchacho vio que el Capitán Médico, Jefe del Tren, era su hermano mayor que lo había reclamado para tenerlo junto a él. Juntos continuaron desde aquel día hasta Diciembre del 37, en que después de la retirada de las Brigadas Internacionales, tuvieron que separarse. El año 1.937, fue un año movido y aunque sin orden cronológico me enteré de que mientras las luchas encarnizadas y cruentas se sucedían en diferentes frentes. Málaga por una parte y Madrid por otra, los nacionales ganaban terreno, no solo en el frente, sino también en la retaguardia. Cada día era peor y el éxodo a Cataluña, era una realidad.Al principio del 37 desde Gibraltar, quedaba una franja de unos 30 Kms de ancho desde la costa al interior, en poder de las tropas republicanas. Los nacionales ayudados por tropas italianas empezaron el 17 de Enero, una ofensiva extendiendo sus tentáculos, con el fin de dejar sitiada esta zona, en cuyo interior, estaba Málaga su principal objetivo. Estaba al mando el General Queipo de Llano y por el lado republicano el General Martínez Monje.Cruentas luchas se sucedían y poco a poco, adelantaba el frente, en el intento de sitiar la zona en cuyo interior, estaba Málaga. El 6 de Febrero, las tropas italianas, alcanzaban las cumbres de Las Ventas de Zafarrayas, desde donde podíais cortar la retirada por la carretera de Almería. El General Villalba, que había sido trasladado desde el frente de Barbastro, ordenó la evacuación de Málaga. El 7 de Febrero por la tarde, los italianos alcanzaron los suburbios, entrando al siguiente día, a las ordenes del Duque de Sevilla. Encontraron ante sí, una ciudad desolada y abandonada. Había habido una gran represión, fueron muertas más de 4.000 personas. Dicha derrota coincidió con una fuerte ofensiva en el Jarama, dirigida por el General Varela, puesto que Franco quería a toda costa conquistar Madrid. El 6 de Febrero alcanzando el punto de unión de los ríos Jarama y Manzanes, quedando así sometida a fuego, la carretera principal de Madrid a Valencia. Mientras el tren continuaba en su labor de recoger heridos lo más cerca posible de las estaciones más cercanas a la línea de fuego y trasladarlos a retaguardia.También en Marzo, hubo un hecho histórico, la batalla de Brunete en Guadalajara. Cayeron las Provincias Vascas y los republicanos respondieron atacando el 6 de Julio Brunete bajo el mando de Mieja. Cruenta fue la lucha, muertos y heridos, nacionales con italianos por un lado y republicanos con brigadistas por el otro. Nosotros seguíamos viajando sin parar llevando heridos a retaguardia. Más tarde serió Belchite otro lugar de lucha sin cuartel.Las noticias que oía a mis sanitarios, era de que también habla caído Asturias pero que el pensamiento de Franco, era atacar Guadalajara y después alcanzar Madrid, pero sus planes fueron descubiertos; por el bando republicano se lanzó una ofensiva sobre Teruel el 15 de Diciembre, los trenes quirófanos y los de traslado de heridos, se cobijaron ésta vez, dentro del túnel de Rubielos de Mora. Los sanitarios decían que tenían que circular por su interior trasladando heridos con luces de linternas y evitando caer encima de los cuerpos de los fallecidos, pese a los intentos de recuperación por parte de médicos y enfermeras. En fin, una verdadera matanza que se agravó por la inclemencia del tiempo, puesto que la nieve hizo acto de presencia dejando un gélido panorama que causó grandes estragos tanto en uno como otro bando.Por radio macuto, llegó la noticia de que el crucero Baleares, que quedó en zona nacional, había sido hundido pereciendo en el hecho, cerca de 600 hombres. Teruel no se rindió hasta el 23 de Diciembre, Franco atacó en busca de su recuperación pero no logró triunfar hasta el 7 de Febrero.Belchite, Brunete, Teruel y más tarde la batalla del Ebro, fueron las principales y más cruentas batallas en aquella lucha entre hermanos. En Octubre, el Gobierno Republicano, decidió trasladarse a Barcelona y el 29 de dicho mes, se cargaron en él T.H.-4 y nuestro T.H.-5, todo el material de oficina para su traslado a Barcelona. Al llegar cerca de Tortosa, encontramos que el Ebro había salido de su cauce, inundando toda la vallada. Detuvieron los trenes, cerca de la estación de Mianes y una máquina exploradora salió para efectuar el recorrido hasta más allá de Tortosa, Campredó y La Aldea ; viendo que la vía aguantaba, nos dieron salida. Oí decir que el sanitario, hermano del capitán, bajo en la estación de Tortosa y remontando por las callejas más altas de la ciudad, paso por el denominado Pont de Pago, al otro lado del río para saber de su familia. Regresó más tarde con el T.H.-4, que pasó más tarde.En Barcelona y bajo la Plaza de Cataluña fuimos descargados, llevándose a lugar, seguro, el material transportado.A finales de Diciembre, cargamos en la misma Plaza Cataluña, los heridos de las Brigadas Internacionales que según acuerdo internacional, se marcharon de España. Un caso curioso, sucedió en este viaje. Llegados a Cerbere donde debíamos dejar a los heridos, parte del personal sanitario del T.H.-4, que descargó primero, se pasó al otro bando. Como consecuencia de ello, los gendarmes, no autorizaron a descender del tren, tomando las camillas a pie de estribo, para que nadie de nuestro tren pisase tierra francesa.De regreso a Barcelona nos aparcaron en una vía paralela a la general en el foso de la calle Aragón y allí pasarnos cuatro días de descanso limpiando y preparando nuestro T.H.-5.Una tarde se acercó el administrativo, que mostró a mis dos sanitarios un billete de veinticinco pesetas, indicando que en Mayo al trasladar a los Guardia Civiles heridos, que habían resistido en el Monasterio de la Virgen de la Cabeza, que eran retirados como prisioneros, fue obsequiado con aquel billete, que según decían los nacionalistas, serian los únicos que a su victoria, tendrían validez y los nuestros no serían aceptados.Guernica, en aquel mes de Mayo fue bárbaramente bombardeada por los Junkers alemanes en sucesivas oleadas, a la vez que ametrallaban a la población. Por aquella fecha otro dramático suceso ocurría en las cumbres de Sierra Morena. En el Santuario de Santa María de la Cabeza, 250 Guardia Civiles, con sus familias, resistieron los envites de las fuerzas republicanas, acompañados de un centenar de falangistas, unos 700 miembros de derecha y seis sacerdotes.En realidad, fueron semiolvidados por las tropas republicanas en su avance. Dentro del Santuario, primero al mando del Comandante Nofuentes y tras su destitución, por querer rendirse se hizo cargo del mando el Capitán Santiago Cortés, que no se rindió hasta que recibió la orden de Franco. Fue herido y falleció en un hospital a consecuencia de sus heridas. Cuentan que su medio de comunicación con las tropas nacionales, durante el asedio, habían sido las palomas mensajeras y que el Capitán Cortés, había fallecido sin decir donde había escondido la imagen de la Virgen de la Cabeza.Este fue el relato que escuché del administrador, en este breve descanso de cuatro días.Los nacionales iban avanzando acortando el terreno de la Republica. Una espera de nervios. Algo gordo se tramaba.Las tropas de Franco, en su avance orillaron el Ebro desde su confluencia con el Segre, hasta Xerta, a muy pocos kilómetros de Tortosa. E1 18 de Abril, ocuparon Tortosa, en donde los republicanos, en su retirada, habían dinamitado los puentes existentes. Durante cuatro meses, el frente quedó paralizado, las tropas franquistas a la derecha del río y las republicanas a la izquierda. Tortosa, quedó convertida en un gran montón de escombros, que obligo a sus habitantes a refugiarse en la parte montañosa.Por Vinaroz, las tropas franquistas, habían cortado España en dos partes. El 12 de Julio de 1.938, en Barcelona, Negrín anticipó que de no lanzarse otro frente, Valencia caería en breve en manos de Franco. El General Rojo, propuso el pase del Ebro, creándose entonces el denominado Ejercito del Ebro, a las ordenes del General Modesto, que pasó a planear la operación. En la madrugada del 25 de Junio, frente a Mequinenza y Fayon, con barcas y un gran sigilo, se cruzó el río por diferentes puntos. En rápida carrera ascendente, al mando del Teniente Coronel Manuel Tagueña, llegaron hasta las inmediaciones de Gandesa, donde fueron retenidos.Empezaron allí, las más duras y encarnizadas luchas, con grandes bajas por ambas partes, hasta el 2 de Agosto en que no se paralizó el ataque republicano. Quedó establecido un frente desde Fayon a Xerta, orillando el río y con un saliente interior que incluía Villalba de los Arcos y Gandesa. Empezó una guerra de desgaste; un recuperar terreno, palmo a palmo, los nombres de Pandols, Cavalls, Gaeta,......, fueron escenario de cruentas y salvajes luchas, cuerpo a cuerpo. El 30 de Octubre, empezó la contraofensiva Franquista en Cavalls, 175 baterías barrieron de forma ininterrumpida el frente, antes del asalto del Ejercito del Maestrazgo, a las ordenes de García Vaiiño y Maahammed el Mizzian frente de los navarros. El ataque duró todo el día y según el parte, fueron 1000 los prisioneros, 500 los muertos. La noche de1 2 de Noviembre, Pandols, el último objetivo no alcanzado, fue atacado por los regulares al mando del Coronel Galera. Al día siguiente, cubiertos todos los objetivos, se avanzo a través de Pinell de Bray, hasta la orilla del Ebro, Monte Picaso, La Fatarella, fueron cayendo, hasta alcanzar el día 18 el General Yague, la plaza de Ribarroja que era la última cabeza de puente que había situado los republicanos.Según uno ú otro bando, fueron 50.000 ó 60.000 las bajas en esta batalla. La realidad es que desapareció parte de la mejor juventud del país y que el mismo, seguía dividido en dos. Nosotros tuvimos unos meses de una gran actividad, por la inmensa cantidad de heridos habida.Tras la lucha, hubo un cierto descanso y un atardecer me enteré que el día 13 de Enero de 1.939, había caído Tortosa. Desde Gandesa, Yague inició un rápido avance en dirección a Tarragona, que fue un continuo derrumbamiento y el 25 de Enero se alcanzaba Tarragona, que se rindió sin lucha.Los trenes hospitales estábamos situadas en la estación de la plaza de Cataluña, hasta que fuimos trasladados hasta Villanueva y La Geltrú. En el mes de Junio estuve otra vez en reparación debido a que un atardecer, procedentes de San Vicente de Calders, cargados de heridos con dirección a Barcelona, fuimos atacados por un avión procedente de Mallorca, pese a los distintivos sanitarios que llevábamos en el techo de los vagones. Nos bombardeó y se ensañó ametrallando a los heridos que como podía saltaban arrastrándose del tren para alejarse de aquel infierno de metralla. En total, hubo cuatro muertos y cerca de unos veinticinco heridos. A mis sanitarios, uno falleció al llevársele parte de la cara y al otro, una esquirla de metralla le rozó el cráneo. En reparación, estuvimos cerca de dos meses en Villanueva y La Geltrú.El Tren Hospital, T.H.-5, así como los otros, fueron desguazados al finalizar el conflicto y modificada su estructura, utilizados en otros menesteres. Yo, aquel trozo de madera de pino nacido en ahora aquellos lejanos parajes de los Puertos de Tortosa - Beceite, fui separado del resto de hermanos que acabarían como yo, probablemente en una hoguera.He intentado en estas breves hojas, recordar algunos recuerdos de mi ciclo viajero por las líneas férreas de la España Republicana. Había sido testigo, de una lucha fraticida, en la que nadie ganó, pues se perdió la mayor parte de la juventud del país, familia y hermandad de todo tipo. Tan solo cabía esperar que la luz que yo desprendería en mi último destino, sirviese para dar luz a éste País, para que jamás volviese a ocurrir de nuevo lo acontecido.Tortosa, 21 de Febrero de 1997 - Un sanitário del Tren Hospital T.H.-5
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